El Inter Movistar vuelve a ser, cinco años después, campeón de la Copa de España de fútbol sala. El conjunto de Alcalá de Henares batió en una apretadísima final a ElPozo Murcia gracias a un gol de Batería en el último segundo de la final.
Como todo buen clásico, el partido tuvo dominio alterno, piques, guerra psicológica y, por supuesto, polémica. Mucha polémica. Empezó con Inter empujando más, de hecho la primera ocasión la tuvo Rafael, pero su tocayo en la portería murciana la desbarató. Acto seguido Álex batió a Herrero. Solo había transcurrido un minuto y el choque se antojaba vibrante.
Tras el tanto inicial Inter se lanzó en pos de la portería rival y apenas un par de minutos después consiguió empatar por medio de Batería, con un gol que el banquillo verde celebró con rabia. El 1-1 desató los mejores minutos interistas con ocasiones de Ortiz, que disparó al palo en jugada personal, Batería y Cardinal. Y en la avalancha destacó Ricardinho. El portugués hizo del ala derecha una autopista y se dedicó a exigir a Rafa y a asistir a sus compañeros. Así, al ser reclamado por Velasco al banquillo se llevó una ovación del pabellón casi al completo. No sería la única durante la final.
Ambos equipos esperaban ya en media cancha las acciones ofensivas del rival, pero aún así había descuidos, como el que aprovechó Juampi en el minuto 8 para volver a poner a los murcianos por delante con un chut raso desde el costado derecho (1-2). A los buenos minutos de Inter le sucedieron entonces buenas ocasiones de los de Duda. Álex, Miguelín y Grello soltaron tres latigazos que bien pudieron ampliar la renta de ElPozo. Adri incluso estrelló un balón en el palo.