Los abuelos en la «alta» competición

Los abuelos en la «alta» competición

Con 37 años, el futbolista Paolo Maldini, jugador del Milan, disputó la pasada temporada su séptima final de la Copa de Europa. Con 39 el baloncestista Reggie Miller, del equipo Indiana Pacers, se ha retirado en 2005 después de 18 años en la NBA y Merlene Ottey, a los 44, acudió a los juegos de Atenas 2004, su séptima cita olímpica. A la vista del rendimiento actual de estos atletas, la edad no parece ser un problema en el deporte de alta competi

En España también hay ejemplos de deportistas que hace unos años serían considerados «viejos» para competir profesionalmente. Donato dejó el fútbol a los 40 años después de triunfar en el Deportivo de La Coruña y Mauro Silva, del mismo equipo, lo abandona a los 37. Pero el caso nacional más llamativo quizás es el del defensa del Valencia, Amedeo Carboni que, a pesar de haber traspasado la frontera de los 40, ha renovado su contrato hasta 2006 y es uno de los pilares del equipo para la Liga que empieza.

Pero esta situación no es habitual ni, para algunos expertos, recomendable. «Aunque no existe una edad límite para la competición en cualquier deporte en categoría absoluta, por motivos obvios de disminución del rendimiento relacionado con la edad, los deportistas raramente suelen ser mayores de 35 años», indica el doctor Pedro Manonelles, secretario general de la Federación de Medicina Deportiva (Femede). Por este motivo «las federaciones establecen categorías de veteranos», que suelen empezar a partir de los 40 años.

El aumento en los últimos tiempos de la edad a la que un atleta se retira se debe en parte «a la llegada de la ciencia al deporte de elite en campos como el entrenamiento, la recuperación, la medicina deportiva y la fisioterapia», según explica Julián Álvarez, médico de la Federación Española de Triatlón. Otros aspectos que contribuyen al alargamiento de la edad competitiva son «el hecho de que el jugador se cuide mucho y bien y un pequeño factor suerte con el tema de las lesiones».

Uno de los problemas que se pueden encontrar los deportistas que siguen en la alta competición a partir de los 30 años es, como señala el doctor Manonelles, que «con la edad existe una mayor probabilidad de lesión y una peor capacidad de recuperarse de las mismas».

Pero, a pesar de la teoría, en la actualidad existen deportistas que demuestran lo contrario, como es el caso de los tenistas Mary Pierce, que a sus 30 años alcanzó la última final del torneo de Roland Garros y Andre Agassi, que a los 35 sigue exhibiendo su buen juego en los campeonatos de todo el mundo.

Fuente: www.elmundo.es